lunes, 17 de mayo de 2010

Ángel Gabilondo apela al esfuerzo de todos para el Pacto Social por la Educación frente al aturdimiento de los docentes.

En posts anteriores hice especial hincapié en la importancia de atender a las medidas que se están recogiendo en el Pacto Social por la Educación y aportaba algunas conclusiones personales al respecto.

Ya entonces destaqué que algunas medidas estaban orientadas desde un enfoque demasiado general sin aportar remodelaciones demasiado concisas.

La búsqueda de un Pacto Social implica una ardua labor por parte del Ministerio de Educación pero también exige el compromiso de todos los vértices que conforman la "Educación Social", esto es, familias, alumnos, docentes y la propia administración.

En este camino hacia la unión de unos eslabones que tengan como resultado satisfactorio la conformidad de todos los vértices anteriormente citados y a su vez, de la oposición, vamos a encontrarnos inevitablemente con obstáculos que difícilmente se van a solventar, especialmente ahora en los momentos tan difíciles ante los cuales nos encontramos.

Como el propio Ministro Ángel Gabilondo mencionaba hoy en el Foro Cantabria, cuentan con apoyos pero los ciudadanos no quieren cambios radicales ni efectistas. Esto sin duda me alarma, porque el hecho de que la ciudadanía no esté predispuesta al cambio necesario y la remodelación urgente que necesita ya el sistema educativo actual manifiesta una actitud completamente en disonancia con la realidad educativa y por supuesto una magnífica ignorancia acerca de la escasez de conocimiento y de valores; y por qué no, de la excesiva permisividad e incompetencia instructiva que se están abigarrando en los centros educativos. Seguimos viviendo en esa mitad de la España cerrada que se opone al progreso de la cual ya hablaba Azorín.

Creo que hoy en el Ministerio de Educación se está viviendo un sueño; el sueño que manifiestan al revelar, entre otros datos, que para el 2020 el abandono escolar descenderá considerablemente; nada más lejos de la realidad, pues ya advertimos de la crisis social a la que asistiremos realmente y que ocultan como se ocultó la crisis económica, hoy, absolutamente veraz.

A esto tenemos que sumar el desconcierto provocado hace unos días con la reducción salarial y la congelación del sueldo de los docentes, hecho sin duda descorazonador y completamente contrario a las palabras del Ministro que afirma que en tiempos de crisis no hay que hacer recortes en Educación. Considero yo que el docente es un pilar fundamental de la educación, ¿o estoy equivocada?

Ante este clima desconcertante en el que el docente comienza a sentirse más que nunca desarropado, nuestro Ministro de Educación sigue apostando por un Pacto Social que precise de la voluntad y el esfuerzo de todos, pero, sinceramente, cada vez estamos menos motivados...

Me da la sensación de que el docente se ha quedado en un estado de semiinconsciencia que me turba. Seguimos dejando en manos de los altos cargos las decisiones que repercuten en nuestro día a día con el perjuicio que esto conlleva. Ante la adversidad, no somos capaces de sublevarnos para mostrar nuestra indignación. Tampoco somos capaces de rechazar lo que nuestro gobierno propone por la timidez que comporta ser socialista y no faltar al partido. Los sindicatos se han bajado los pantalones ante las definitorias medidas de Rodríguez Zapatero.

El docente ha entrado en su momento más álgido de la crisis económica y social. No existe un colectivo. No hay lucha. Pero todavía no se ha dado cuenta. Y peor, aún no es consciente de que las consecuencias se agravarán.

Mientras tanto, es mejor que siga en su estado de "automatismo síquico" donde la razón ya no interviene, calladitos estamos mejor, y que nuestros políticos nos sigan pidiendo compromiso, esfuerzo, voluntad... vamos, que nos sigamos bajando los pantalones...