
Los adultos (si consideramos como adultos a las personas que han madurado su pensamiento...) pecamos al creer saberlo todo sin darnos cuenta de que cometemos los mismos errores que nuestros "abuelos": "creemos" con cierta sabiduría que nuestra opinión es la que prevalece sobre aquellos que aún están aprendiendo, cuando realmente el ser humano nunca deja de aprender y simplemente somos un eslabón generacional más que debe trasmitir los conocimientos ya adquiridos, pero que a su vez nosotros mismos seguimos bebiendo del eslabón anterior de la cadena. En conclusión: no sabemos más ni mejor.
Es importante desde el punto de vista del docente tener en cuenta esta idea de la cadena siendo conscientes de que somos un eslabón que enseña y que aprende al mismo tiempo, y que esta idea debe ser adquirida también por nuestros propios alumnos dejando espacio libre a sus pensamientos y sus elecciones. No sabemos más y mejor que ellos, sólo es una cuestión de tiempo, porque en la madurez venidera del adolescente de hoy, sabrá más y mejor que los que seremos posteriormente "abuelos".
Preguntar a cada adolescente cuáles son sus intereses, motivaciones y metas en la vida es el primer paso para crear individuos libres a la reflexión y no sometidos por nuestros propios principios. Una vez más, el vínculo entre docentes-padres se vuelve indispensable para CONOCER a cada alumno para esa primera iniciativa.
La educación, nace en casa, sí sí, NACE EN LA CASA, y se desarrolla en la escuela. Pero ni padres ni docentes pueden concluir dicha educación; sólo el propio ser humano puede hacerlo ya que es él mismo quien termina de formarse creando su propia filosofía y pensamiento, con sus experiencias, con su crecimiento personal... para adentrarse en una futura etapa más madura donde consolidar dichos conocimientos del anterior eslabón; adquirirlos y ampliarlos al libre albedrío hasta donde cada individuo sienta que ha terminado de alumbrar su ser y su sabiduría.
Debatimos en ocasiones sobre las herramientas de las que disponemos especialmente las tecnológicas. Pero no podemos ignorar la relevancia de otros instrumentos menos sofisticados como la "simple" comunicación, el diálogo, el buen modelo, el entusiasmo, la iniciativa, la participación, la proactividad, la innovación...
Sin embargo, olvidamos un aspecto fundamental; nos empeñamos en poner en manos de nuestros alumnos estas herramientas que, en los tiempos que vivimos son útiles para nosotros, pero que desde el punto de vista de los adolescentes se distorsionan y toman otras perspectivas diferentes. Usos distintos de los mismos instrumentos.

Al desconocer las distintas formas en las que se ve el mundo y sus objetos, por nuestra mente cerrada y poco despierta, creamos una inconexión, una carencia del diálogo, cansancio... Ellos SE RINDEN. En un contexto como este, de poco valen las herramientas TIC, porque falla el canal principal: la COMUNICACIÓN.
Y erramos también cuando creemos que nuestras propias herramientas serán las que ayuden a nuestros adolescentes de HOY a VIVIR ..., a SOBREVIVIR en el FUTURO, porque probablemente muy pronto quedarán desfasadas. Simplemente debemos mostrar los medios para que ellos mismos sean capaces de modernizar constantemente esas herramientas.
El alumno de hoy debe ser también consciente y estar abierto a la sociedad del continuo cambio, adaptarse a ella y mantenerse interesado, regenerándose junto dichos cambios sociales. No se puede mantener al margen ni dejar todo en manos de padres y docentes.
Forma parte del docente, y es su responsabilidad, la labor de poner luz donde no hay y adelantarse a LO QUE SERÁ, como si fuéramos auténticos visionarios formando en los alumnos de hoy a los profesionales del mañana. Docentes creadores de mentes abiertas, tolerantes, evolutivas, capaces de romper con los mitos añejos, lejos de un pensamiento arcaico y excesivamente tradicionalista.
