domingo, 7 de diciembre de 2008

A los extremeños nos queda mucho que aprender...

Lo bueno de muchos de los extremeños es que reconocemos que nos queda un largo camino para parecernos a otras sociedades europeas.
El propio orgullo y amor por nuestra querida comunidad, nos obliga a defenderla a toda costa cuando viajamos fuera (ya sea dentro o fuera de España). Además, es que se la echa de menos, de eso no hay duda.

Reconozcamos sin embargo que Extremadura está llena de grandes defectos, y es que me irrito si lo pienso. Este post ha nacido de una entrada que La tilde perdida escribió hace unos días. Comentábamos que realizar un café literario tiene sus riesgos porque probablemente en menos de una semana te habrás quedado sin libros en la estantería.


Además, se une a esto también el último post de Guillermo Fernández Vara sobre "el respeto" refiriéndose éste especialmente al comportamiento que tienen algunas personas cuando comentan en los blogs.

Junto a esto, la última publicación de El espejo de Nieves "Basta ya", de nuestra querida Vevi, que una vez más se siente indignada por esos anónimos que comentan para hacer daño y no para enriquecer nuestras redes.

La verdad es que nos queda mucho por enseñar y educar. En ocasiones culpamos a los adolescentes de esos extraños comportamientos que están hoy de moda, cuando realmente, deberían fijarse más en los que tienen 30 o 40 años y que lamentablemente muestran actitudes más infantiles que las de los propios adolescentes.

Cuando uno viaje fuera de España, o sin ir más lejos, al norte de nuestro país, es curioso y sorprendente cómo la gente cuida de sus calles, de sus parques, de sus lugares de ocio... Como dije en algún post, el civismo y el respeto es la bandera de sus habitantes. En países como Suecia es posible entrar en una chocolatería sin zapatos, porque su suelo enmoquetado está más limpio que los azulejos de cualquiera de nuestras casas.


Cuando llegamos a cualquier pueblito o ciudad de Extremadura, entras en una cafetería y el suelo parece un auténtico estercolero lleno de cabezas de gambas, peladeros de pipas y otros frutos secos y servilletas arrugadas.


No hablemos ya de sentarnos en una mesa: tal vez tengas que acabar limpiándola tú mismo si no quieres mancharte mientras tomamos un refresco. En Italia te daría miedo dejar un cerco en la mesa después de tomarte un café.

Las calles las tenemos llenas de papeles y caquitas de perro. Las paredes pintadas con dibujos estúpidos y absurdos (ni siquiera un dibujo decente), las farolas rotas o con poca luz (que da miedo pasear de noche), ...

No hablemos ya de la atención de nuestros ciudadanos: bocinazos continuos, gritos desconsiderados en la calle desde las ventanas, aparcamientos sorprendentes, coches con la música por las nubes (los cristales de la casa retumban al ritmo de Camela o El Arrebato), barrios abandonados a la corrupción ... no pregunte usted donde está la biblioteca del pueblo (no lo sabrán).
No quiero entrar ya en la cuestión "Cultura". Que somos brutos... LO SOMOS. Y no es la fama; es que para hablar con alguien por la calle no necesito ir a su lado; puedo darle voces desde la acera de enfrente hasta que dejemos de vernos. Que un alumno puede escribir en una redacción *po que..., *habezes..., *asin termina..., *asique, *hojos..., *mola que no veas..., *me pegué un mamporrazo..., etc, etc.

Sobre el propio comportamiento de los chicos en las aulas... ya no entremos, sabéis lo que opino al respecto.

En definitiva, después de este derroche de defectos que tenemos los extremeños, es lógico pensar que nuestra región no es tan bonita como la pintamos. Que hay mucho trabajo por hacer y mucho por mejorar. Que es cierto que no debemos borrar nuestra identidad; pero como no nos despertemos y nos demos cuenta de que Extremadura carece de valores que nos alejan del resto del mundo no podremos dejar de pensar que aquí todo está bien "Y no pasa na".

Seamos más autocríticos para poder perfeccionar nuestra región y enseñar a los próximos extremeños que hay que mimar nuestra tierra, conservarla y embellecerla para mostrarla hermosa a los que vienen de fuera.

12 comentarios:

Gabiprog dijo...

Los conceptos de educación y convivencia se confunden con debilidad... Cuando debería ser lo contrario.

El bien común es muy difícil de conjugar. Desde una comunidad de vecinos hasta llegar a una Autonomía o un país...

En fin...

Nieves dijo...

Siempre vemos la paja en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio.

Ser autocríticos y conscientes de lo que se puede hacer y no hacemos debería ser prioritario para todos, y por supuesto para los extremeños.

Pero la vida te demuestra que en esta sociedad prima más el interés personal y material que realmente luchar por el bienestar social de todos y para todos; y se debería tomar en serio el empezar a enseñar a nuestros niños y jóvenes una sociedad en valores como el respeto, la solidaridad, la igualdad, la no discriminación .. puesto que estos niños y jóvenes son nuestro futuro, el futuro de nuestra Tierra, Extremadura y España.

¿Qué estamos criando y educando?
¿A dónde va esta sociedad?
¿Todo tiene un precio?
¿Todos nos vendemos?

En Extremadura hay muchas cosas que deberían cambiar, pero
¿A quién debemos dirigirnos para exponerlo?
¿Seremos escuchados o ignorados?

Pero, como siemore digo no hay que desafallecer, cada cual que lidie su guerra como mejor pueda y si encuentra aliados mejor.

Esa es una asignatura pendiente en Extremadura, los ciudadanos no están concienciados de la necesidad del asociacionismo. Señores la unión hace la fuerza y en la diversidad están los soluciones y desde luego desde dentro, difícilmente se pueden hallar soluciones desde fuera, hay que implicarse y empezar a formar parte de las asociaciones, impulsándolas y ayudando cada uno en la medida de sus posibilidades. Colaboración y participación ciudadana ya, es una necesidad no una idea.

Hasta pronto, Nieves.

Yolanda dijo...

De todo lo que dices me quedo con la diferencia de "educación" entre unas zonas y otras. No conozco el norte de Europa ni apenas Extremadura, pero voy todos los años al País Vasco y es cierto que la gente de allí cuida mucho "su" tierra porque la siente realmente suya. Las ciudades y pueblos, incluso el más pequeño,están impecables, los servicios públicos están en perfecto uso y la gente es por regla general muy educada y amable. Llama la atención la forma en que se dirigen a los niños y a las personas mayores, siempre en voz baja y con cariño, nada de voces. Todo eso dice mucho de sus valores como pueblo. No creo que los extremeños sean peores, ni los madrileños, pero sí es cierto que por estos pagos la limpieza pública brilla por su ausencia. Hay diferencias casi abismales entre unos sistemas educativos y otros, más allá de que se enseñe inglés o vasco, se dé más importancia a las TIC o se fomente la lectura. Los planes educativos dan bandazos y están llenos de despropósitos porque los elaboran ignorantes que no han cogido una tiza desde hace años, o no lo han hecho nunca. Largo y difícil debate, sin duda. Lo que no la tiene es la labor de los docentes en general. Otro gallo nos cantaría si nos escucharan...

Anónimo dijo...

Es indignante que a estas alturas del siglo XXI se nos plantee el hecho de que si pones un café literario lo más seguro es que acabes poniendo una denuncia porque te roben los libros. Extremeños, demasiado regionalistas para reconocer que tenemos un camino largo que recorrer, demasiado obtusos para entender que en vez de agachar las orejas cuando nos insultan debemos defendernos. Sin embargo, estamos en el buen camino, tal y como lo muestran estos blogs que hacen que estemos más cerca que nunca. Es por ello por lo que escribo en mayúsculas, hoy más que nunca SOMOS EXTREMADURA.

JOEL NEGRETE HDEZ. dijo...

En mis tiempos de ocio, que casi no los tengo, me puse a navegar en el mundo cibernético y me encontré con un blog decente (que digo decente, excelente, bonito y creativo) ese es el tuyo. Quiero decirte que eres buena escritora, pocas personas tienen esa cualidad y además tienes el sentido crítico de la gente que es conciente de la problemática social, tú la tienes, explótala y no dejes de seguir escribiendo, sobre todo me gusta la honestidad con la que lo haces. Al leer sobre tu publicación acerca de tu región Extremadura, por un momento pensé que estabas fotografiando algunos lugares de mi México. Pensé que toda Europa era otra cosa. Pero también hay lugares parecidos a los que pertenecen a mi país.

¡Un abrazo de un profesor desde México!

Anónimo dijo...

No me resisto a comentar en esta entrada. Desde el más absoluto respeto.
Claro que hay que ser críticos. Por supuesto que otras regiones del mundo tienen una serie de valores que prevalecen frente a los nuestros y en ciertas cuestiones los hace "mejores".
Claro que a los extremeños nos queda mucho por aprender. Todo lo que otros aprendieron, mientras nosotros emigrábamos a otros países para dar de comer a los que aquí quedaban.
Creo, y no soy de patrias, que la gente de aquí, son como las de allí. En muchos sitios hay bares sucios, pintadas, y disparos en las aulas (incluso en esas sociedades avanzadas).
Creo que es más fácil mejorar desde la realidad general que desde el catastrofismo particular.
En fin, que creo que, tanto los extremeños, como el resto de españoles de aquella nuestra España "deprimida", hemos aprendido mucho, y lo seguimos haciendo.
Un saludo.

xhandra dijo...

Estimados compañero os agradezco encarecidamente vuestros comentarios. En muchas de las cuestiones veo que tenemos puntos de encuentro. Es cierto que tenemos que mejorar en algunos aspectos pero especialmente hacer hincapié de nuevo en la educación: si educamos a nuestros jóvenes en la responsabilidad de que cuidar todo lo que es nuetro podemos avanzar socialmente. Es cierto también, como habéis explicado y argumentado que en todas partes del mundo encontramos los mismos defectos o peores. Es verdad. Pero debemos fijarnos en lo bueno; se lo digo a mis alumnos muchas veces cuando tratan de esconderse en la frase "los demás también lo han hecho", y les respondo, "no debes fijarte en lo malo que hacen otros, sino fijarte en lo bueno y que te sirva de ejemplo y de modelo.

Eso mismo debemos hacer con nuetra región. Tenemos potencialidades para mejorar, para avanzar... lo bueno de otras zonas debe servirnos como ejemplo, así como un día, Extremadura fue ejemplo para el resto del mundo de su gran proyecto tecnológico: ordenadores en las aulas.

Un abrazo y gracias por algunas palabras que tal vez no merezco.

Susana dijo...

Tienes mucha razón Sandri. Pero yo esas actitudes incívicas más que a regiones se las adjudicaría a personas. Como se dice " en todos los sitios se cuecen habas".
Te contaré una anécdota. Recién llegada a Extremadura fuimos a tomar un aperitivo a una cafetería. Nos pusieron cacahuetes con cáscara para picar y yo cuando pelaba el cacahuete dejaba la cáscara sobre la barra en vista de que no había ningún cenicero. Mi marido me miraba extrañado y se reía. Yo le pregunté que pq se burlaba y él me contestó, !ya verás ¡. Cuando volvió el camarero para servirnos otra cerveza cogió su trapo y pasándolo por la barra tiró todas mis cáscaras al suelo y ya está, listo para servir otra copa. Me quedé de piedra.
A pesar de eso sigo buscando los ceniceros cada vez que entró en una cafetería y os puedo asegurar que a veces es una labor de Indiana Jones buscando algún tesoro oculto.
De todas formas y retomando el inicio de mi comentario esta actitud no es exclusiva de aquí, en mi tierra también se produce. Es una actitud de personas, de valores que te inculcaron en la infancia, y mis padres conmigo así lo hicieron. Si no me gusta que manchen mi espacio yo no debo manchar el espacio de los demás y mucho menos el espacio común.
A pesar de que todavía queda mucho que hacer por aquí sigo pensando que no cambiaría esta tierra por ninguna. Sabes que pienso que aquí hay verdadera calidad de vida, tan sólo hay que pulir algunas cositas. Pero...tiempo al tiempo.
Un beso muy grande para ti y otro para Arturo ( Gustavo ). Jeje.

Fernando dijo...

Creo, como Susana, que no es la conducta colectiva, sino las actitudes de algunos los que afean el conjunto. Y es que he tenido bastantes oportunidades de comprobarlo.
En primer lugar, en relación con el eterno tema de los ordenadores (no son muchos alumnos que destrozan los aparatos, son algunos alumnos que destrozan muchos aparatos). En segundo lugar, en mi comunidad de vecinos (en principio, casi nadie hace nda por los demás, pero si hay una apuesta decidida de algunos por el bien común, el resto se deja arrastrar hacia la colaboración). En tercer lugar, en las zonas de recreo de mi pueblo. Sí, hay farolas rotas, cristales en el suelo y carteles destrozados, pero si comparas la cantidad de personas que utilizan las zonas verdes con los destrozos que hay, (aplicándoles el factor de corrección que supone que el que es un impresentable, lo es todos los días del año) sale un resultado bastante honroso.
Sí, tal vez es que aquí hay más impresentables que en otras zonas. Yo me inclino a pensarlo. Y con esto, volvemos al tema (muy bien comentado en tu anterior post, por cierto) de la educación en valores.

La Tilde Perdida dijo...

Como muchos de vosotros, también me inclino en no generalizar. No todos los extremeños son así, ni todos los suecos son limpísimos y cívicos. ¿Dónde veo el problema? En lo arraigados que tenemos ciertos hábitos, vistos ya como normales. Damos voces porque pensamos que es lo corriente, pero sales fuera de España y te das cuenta de que es mejor bajar la voz. También es una cuestión cultural. Por ejemplo, en Japón, sorber la comida haciendo mucho ruido es sinónimo de hombría. Aquí, mejor no hacerlo.

Paco Centeno dijo...

Hola Xhandra,
Volví, con el mismo portatil, su nuevo disco duro y sin los datos de los últimos 4 años.

Respecto a tu post, comparto más la opinión de Susana, esos comportamientos son de personas y no de regiones o paises. Te cuento, mi hija lleva tres años haciendo intercambios con Francia, y la chica que viene a mi casa es tremendamente educada y respetuosa. Su amiga, que se queda en casa de mi sobrina, ni siquiera utiliza la cisternilla tras deponer, o deja sus bragas sucias en cualquier sitio, o escupe constantemente por las ventanas de su casa, y eso lo hace también en su país. Sinceramente tenemos que mejorar todos. Los extremeños sí que tendríamos que hacer un esfuerzo en hablar más bajo, que parece que nos gritamos más que hablarnos.
Un abrazo

Amigo de la Dialéctica dijo...

Hola Xhandra:

Tienes mucha razón. Los hijos son reflejo de sus padres, los jóvenes son reflejo de esta sociedad.

Tenemos que aprender y aprehender a hacerlo de forma diferente a como lo hemos estado haciendo hasta ahora. Hemos de socializar mejor. En el último post que Nieves ha subido a su blog se dice claramente, cita a Paulo Freire que lo expresa con una claridad y contundencia total.

las personas se educan en comunión, eso es lo que debemos de pontenciar desde todos los ámbitos. En mi blog hoy abordo este tema.

Recibe un abrazote amiga.